Propósito

Este blog fue elaborado con el fin de brindar información básica sobre trastornos endocrinos (diabetes mellitus, problemas de la función de la tiroides, hipófisis, glándulas suprarrenales, ovarios y testículos entre otros) para pacientes costarricenses. Cada semana se revisará brevemente un tema y los usuarios están invitados a hacer comentarios y plantear preguntas.





viernes, 27 de agosto de 2010

La Evaluación Psicológica y la Cirugía Bariátrica

La intervención psicológica previa y posterior a la intervención quirúrgica es esencial ya que ayuda a garantizar el éxito y los resultados esperados de la misma. Es una herramienta que se utiliza como parte del equipo interdisciplinario, ya que un ser humano es mente y cuerpo y por esto se deben evaluar ambas áreas.
Los principales temas que se evalúan en la intervención en el ámbito de la psicología son para proveer un aporte a lo que significa la operación y al progreso de la recuperación. Al ser una intervención interdisciplinaria, vemos al paciente como un todo, con distintas áreas de evaluación para así buscar el beneficio del paciente y el éxito en su intervención.
También debemos recordar que en una evaluación no hay respuestas ni comentarios incorrectos solo necesidades y circunstancias diferentes como individuos únicos que somos.

¿Qué se valora previo a la operación en el ámbito de la psicología?

Desde mi experiencia, hay cuatro grandes áreas esenciales para tener el mejor de los resultados en una intervención quirúrgica de este tipo.

1- Valoración de los hábitos alimenticios
Se evalúan en general el control de impulsos, las costumbres y los hábitos en general relacionados a la conducta alimenticia. Se toma en cuenta la presencia de atracones, posibilidad de historia de anorexia y/o bulimia, utilización de medicamentos para adelgazar, diuréticos, etc.

2-Capacidad de comprensión sobre las implicaciones de la operación
Se evalúa la comprensión del paciente sobre lo que es la operación, sus implicaciones y posibles riesgos.
También se valoran las posibles situaciones que llevan a tomar la decisión de llevar a cabo la operación, las circunstancias alrededor de la misma y el significado de esta cirugía para la persona a nivel emocional, conductual y de salud.
Una de las cosas más importantes siempre es el o los factores que influyen para dar el paso, ya que podrían ser esenciales para el trabajo posterior con el/la paciente y/o la familia.
Se establecen las posibles metas a corto, mediano y largo plazo, todas posteriores a la operación como son las de cuidado y la posibilidad de contar con redes de apoyo para la asistencia del paciente.

3-Posibles problemas emocionales o trastornos relacionados
Se evalúa el funcionamiento psíquico general de la persona en el momento determinado, donde caben temas de importancia, como la autoestima, imagen corporal, el manejo de las relaciones sociales, el estrés y la ansiedad. Otro tema que se debe tomar en cuenta es la evaluación del estado de ánimo como base esencial del posible éxito de la cirugía, previo y posterior a la operación.


4-Rol de la familia en la operación

Es prioritario tener en cuenta la posibilidad del apoyo de la familia o seres queridos luego de la operación. Este apoyo no es solo de acompañamiento sino que también de reforzamiento de la conducta positiva, donde se comprendan las dificultades personales y a la vez haya un margen de respeto y tolerancia con estas mismas dificultades.
El refuerzo o apoyo en los momentos difíciles de manera asertiva es esencial y para esto en muchos casos se debe intervenir a la familia para prepararla y ayudarle a tener pautas a seguir que generalicen la conducta positiva y el éxito de la operación al largo plazo.

Para medir estos criterios, el profesional en el área, utiliza métodos como son: la entrevista clínica, y el uso de pruebas (escalas y cuestionarios). Las antes mencionadas en conjunto con la información y los resultados que posee, realiza las recomendaciones pertinentes, sin perder el único objetivo, que es el bienestar general de su paciente.
Luego de esta etapa, se establecen los pasos a seguir en la intervención con el/la paciente y su familia o seres queridos.

Licda. Ilse Joneliukstis Flete
Psicóloga
Psicobienestar Centro de Psicología
www.psicobienestarcr.com
Email. ilsejones11@yahoo.com
Tel: 2221-4579 Cel: 8827-5975

domingo, 22 de agosto de 2010

Obesidad en niños: un problema de salud pública

Tengo ahora la dicha de que el doctor Bogarín (Endocrinólogo Pediatra del Hospital Nacional de Niños) nos comente sobre la obesidad en niños de Costa Rica.


La obesidad en niños, se ha convertido en un serio problema de salud pública. En los últimos años su prevalencia ha aumentado a niveles alarmantes. Este problema se está presentando a nivel mundial. En Estados Unidos se estima que actualmente hay alrededor de 60 millones de adultos obesos. Nuestro país no está exento de dicho problema. La Encuesta Nacional de Nutrición 2008- 2009, realizada por el Ministerio de Salud, reportó una incidencia de sobrepeso y obesidad en el grupo de niños de 5-12 años de 21.4%, y en el grupo de 13-19 años la incidencia fue del 20.8%; eso significa que 1 de cada 5 niños y adolescentes tienen sobrepeso.
Estas estadísticas deben preocuparnos, ya que diferentes estudios han demostrado que el niño y/o adolescente que se mantiene obeso y llega así a la etapa de adulto joven, tendrá mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, trastornos de lípidos (colesterol elevado), hipertensión arterial, diabetes mellitus, ciertos tipos de cáncer (mama, colon, riñón), entre otros padecimientos.
La obesidad en pediatría se define según el índice de masa corporal (IMC), la cual es una medida que correlaciona el peso y la talla del niño, y existen límites establecidos para determinar si un niño tiene obesidad o no. Estos límites se llaman percentilos (que son medidas estadísticas). Cuando el IMC está por encima del percentilo 95 se habla de que un niño tiene obesidad, si su IMC se encuentra entre el percentilo 85 y 95 se define como sobrepeso, y el IMC ideal sería el que se ubica por debajo del percentilo 85.
Las causas de obesidad son múltiples, existen factores genéticos, hormonales, ambientales y culturales. Si bien es cierto se han determinado alrededor de 20 genes, que favorecen la obesidad en las personas; las causas genéticas y hormonales identificadas de obesidad son pocas. La influencia de factores ambientales y culturales, es más importante. Factores ambientales como la movilización de la población hacia zonas urbanas, donde los espacios para vivir son más reducidos, y la disponibilidad de zonas verdes, para que la población realice actividad física es menor. Factores culturales como el comportamiento alrededor de la comida, la aceptación de algunas culturas de personas con sobrepeso, las diferencias entre hombres y mujeres, donde estas últimas se preocupan más por perder peso; son de las razones del por qué la obesidad es un problema difícil de resolver.
Es de gran importancia, que reconozcamos que la obesidad es un mal que nos está afectando diariamente, y que es necesario tomar acciones para prevenirla. Estas acciones deben involucrar a la familia, las comunidades, el personal de salud, y por supuesto a los gobiernos. Las acciones preventivas deben incluir tanto al individuo, como a la población general, y son precisamente las políticas orientadas hacia la población las que tendrán mayor impacto en la prevención de la obesidad.
Entre las acciones preventivas más importantes está el estimular la lactancia materna, hay estudios que han demostrado que lactancia materna exclusiva por los primeros 6 meses, y continuarla por al menos hasta el año de edad, previenen obesidad en un futuro. Sin embargo es preocupante que el porcentaje de mujeres que inician lactancia materna ha disminuido. Es triste saber que muchas veces las dificultades para la lactancia materna son de tipo cultural, como por ejemplo la falta de lugares limpios y seguros en el lugar de trabajo, para que las madres puedan extraerse la leche materna, y almacenarla para que luego alimenten a sus hijos, cuando retornen del trabajo.
Otra acción importante es la actividad física que nuestros hijos deben realizar, las recomendaciones actuales es que realicen al menos 1 hora de actividad física, al menos tres veces por semana, aunque lo ideal es que la realicen todos los días. Es preocupante ver cómo cada vez nuestros niños y adolescentes son más sedentarios, permanecen largos períodos sentados viendo televisión o jugando videojuegos, período durante el cual, la ingesta de comida no saludable (frituras, bebidas azucaradas, entre otras) es mayor. Lo recomendable es que el tiempo de pantalla, que se refiere al tiempo que permanecen en estas actividades, sea menos de 1 hora por día. Debemos buscar lugares aptos y seguros donde nuestros hijos, puedan tener su actividad física, es ahí donde la participación de las comunidades y autoridades locales es de vital importancia, ya que les compete a ellas asegurar la presencia de dichos espacios.
Las escuelas juegan un papel importantísimo en la vida de nuestros hijos, la alimentación que se les brinda, no es en muchos casos, la más adecuada; es preocupante comprobar que los menús que se ofrecen en los comedores escolares y colegiales no son nutritivos, se abusa de la cantidad de harinas, no se incluyen suficientes porciones de frutas y vegetales. Además la actividad física no se promueve lo suficiente. Es necesario que las autoridades pertinentes hagan consciencia del problema de la obesidad, y estimulen tanto una alimentación sana, como la actividad física en las escuelas y colegios. Aun mejor sería que los niños y adolescentes lleven meriendas preparadas en la casa, para evitar que compren comidas no saludables.
Con respecto a la nutrición que reciben nuestros hijos en la casa, debemos ser conscientes de que en muchas ocasiones no es la más apta, se favorece el consumo de comidas de alto contenido calórico, y poco contenido nutritivo. Se debe estimular el consumo de frutas y verduras a al menos 5 porciones por día, aumentar el consumo de fibra en sus dietas, y limitar el consumo de bebidas azucaradas, como jugos, gaseosas, que no son para nada nutritivas. La comida no debe ser utilizada como un castigo o una recompensa, es además ideal que los tiempos de comida se respeten y dentro de lo posible que toda la familia participe de esos tiempos, que sea un rato de compartir en familia, donde se estimulen hábitos sanos.
En lo que se refiere al tratamiento médico de la obesidad, la primera acción a tomar es cambiar los estilos de vida, pero esto debe incluir a toda la familia; no es válido pensar que el problema es solo de un hijo, y los demás no necesitan hacer dieta, la solidaridad debe prevalecer en estas situaciones, donde toda la familia se adhiera a un plan de nutrición saludable.
Si a pesar de aumentar la actividad física, y estimular la nutrición saludable, persiste la obesidad en determinado niño, existen opciones de medicamentos, entre ellos el orlistat y la sibutramina; sin embargo en la edad pediátrica el primero está aprobado para mayores de 12 años, y la sibutramina está aprobada para mayores de 16 años. Los estudios realizados con estos medicamentos, demuestran que son eficaces, sin embargo estos estudios no se han prolongado por más de 1 año; por lo que no se cuenta con datos, de si el utilizarlos por períodos más prolongados sería seguro.
En conclusión la obesidad se ha convertido en un problema mundial de salud pública, que está afectando a todos los grupos de edad; pero que a nivel de pediatría, es especialmente preocupante, ya que estos niños obesos si persisten así en la vida adulta, tendrán mayor incidencia de un sinnúmero de enfermedades, que acortarían la expectativa de vida, así como disminuir la calidad de vida. Y que para un sistema de salud, el tratar la obesidad con todos sus problemas concomitantes se convierte en una inversión muy cara, que no todos los países pueden afrontar.
Por eso lo más importante es que se reconozca a la obesidad como una amenaza para nuestros niños, y tomemos un rol activo en su prevención. Solo así se podrá disminuir el alto costo que está teniendo para nuestra sociedad, el lidiar con este problema.



Realizado por:
Dr. Roberto Bogarín Solano
Pediatra Endocrinólogo
Hospital Nacional de Niños
Policlínico San Bosco.
Teléfono: 2256-5403
Email: roberto.bogarin@pediatria.co.cr

Otras perspectivas

Para la próxima semana tendremos la perspectiva del Presidente de la Fundación de Pacientes Bariátricos del Hospital San Juan de Dios y el comentario de especialistas en Psicología.

Cirugía bariátrica: Generalidades

Como escrito la semana pasada, ante las inquietudes planteadas en relación al manejo quirúrgico de la obesidad, decidí pedir la ayuda de una experta en la materia. Es por esto que hoy nos colabora la Dra. Marlen Vega Vega. Ella labora en el servicio de Cirugía General del Hospital San Juan de Dios y practica cirugía baríatrica en este centro.

¿Qué es la cirugía bariátrica?
La cirugía bariátrica es una rama de la cirugía destinada, mediante diversas operaciones con modificaciones en el aparato digestivo, a reducir la capacidad gástrica, asociada o no a la disminución en la absorción de los nutrientes ingeridos. El término de cirugía metabólica actualmente se ha acuñado para el procedimiento bariátrico que se les realiza a aquellos pacientes que padecen de enfermedades metabólicas (como la diabetes mellitus) asociadas a obesidad.

¿Cúáles son los objetivos?
Los objetivos de toda y cualquier operación bariátrica son:
a. Prevenir, controlar o curar las enfermedades asociadas
b. Devolver al individuo calidad y cantidad de vida
El mejor efecto colateral de la cirugía bariátrica es la pérdida de peso y la mejora estética, sin embargo, no es el objetivo principal que se persigue.
El éxito de un procedimiento bariátrico es cuando se alcanza un descenso del cincuenta por ciento o más del exceso de peso.

¿Quién es candidato a este tipo de procedimientos?
No todos los individuos que tengan obesidad son candidatos a realizarse un procedimiento de cirugía bariátrica, de hecho, existen indicaciones y contraindicaciones para dichos procedimientos.
Los pacientes candidatos a cirugía bariátrica son aquellos que cumplen con los criterios establecidos en el año 1991 por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos:
• Edad entre 21 y 55 años
• Un índice de masa corporal de 35 kilogramos por metro cuadrado y alguna comorbilidad asociada, así como un índice de masa corporal de 40 o más con o sin comorbilidades asociadas
• Falla en tratamiento médico y conductual
• Ausencia de patología endocrina que justifique la obesidad
• Estabilidad psíquica
Existen algunas excepciones a estas indicaciones sobre todo en cuanto a edad e índice de masa corporal. Esto es debido a que luego de la publicación ha habido nueva evidencia que permite la realización de procedimientos en individuos que no cumplen estrictamente lo descrito anteriormente. SIN EMBARGO, estas excepciones deben estar bien fundamentadas en la EVIDENCIA y de acuerdo con las buenas prácticas clínicas. Esto NO implica que procedimientos aún experimentales con indicaciones aún experimentales deban realizarse.
Como condiciones que contraindiquen la cirugía se encuentran:
• Condición psíquica desfavorable para un procedimiento de este tipo
• Adictos a alcohol, cigarrillo y otra drogas
• Gravidez
• Enfermedades crónicas terminales
• Condición médica desfavorable que contraindique el llevar al paciente a sala de operaciones.

¿Cómo funciona?
La cirugía bariátrica funciona por varios mecanismos dentro de los que se encuentran: la restricción de los alimentos que se puede ingerir, la reducción del apetito, la inducción de la saciedad temprana, la mala absorción y la asociación de dos o más mecanismos.
De acuerdo con la función principal de los procedimientos de cirugía bariátrica, éstos se pueden clasificar en: restrictivos, malabsortivos y mixtos.
Los procedimientos restrictivos son aquellos que disminuyen la cantidad de alimentos que pueden ingresar al estómago. En este tipo de procedimientos se encuentra la manga gástrica y la banda gástrica.
Los procedimientos mal absortivos son aquellos que se logran haciendo desviaciones del intestino delgado de tal forma que los alimentos ingeridos sean absorbidos en menor cantidad de lo que ocurre en forma fisiológica y normalmente en los individuos. En este tipo de procedimientos está la derivación biliopancreática y el switch duodenal.
Los procedimientos mixtos son aquellos que combinan las acciones anteriores, de tal forma que se reduce la capacidad de ingestión de alimentos al disminuir la capacidad volumétrica del estómago como la acción mal absortiva al crear una derivación entre intestino e intestino. El prototipo de los procedimientos mixtos es el by pass gástrico.
Existen otros procedimientos que se realizan de forma experimental pero que por el momento no están aprobados para la población general. Hay que recordar que TODO procedimiento tiene riesgos asociados y que cuando se hace una cirugía es porque en ese paciente específico el beneficio es mayor.

El mayor auge de dichos procedimientos en la actualidad se debe principalmente al uso de la cirugía laparoscópica, o cirugía mínimamente invasiva, con la que los pacientes tienen una mejor evolución postoperatoria, con menos dolor, menores problemas respiratorios y menores complicaciones de la herida quirúrgica, menos tiempo de hospitalizacióny menor incidencia de hernias abdominales.

¿Cómo debe estar constituido un programa de cirugía bariátrica?
Para un adecuado funcionamiento de un programa de cirugía bariátrica se necesita la colaboración de un equipo multidisciplinario, dentro del que se encuentran: nutricionistas, endocrinólogos, gastroenterólogos, psiquiatras, psicólogos, internistas, enfermeros, fisioterapeutas y cirujanos.

¿Dónde se realizan estos procedimientos?
Actualmente en Costa Rica se realizan dichos procedimientos tanto en el sector público como privado.
En el Hospital San Juan de Dios desde el año 2003 se iniciaron los esfuerzos para hacer el programa de Cirugía Bariátrica (que se concretó un tiempo después) y desde entonces se hacen dichos procedimientos. Este programa incluye:
a. La valoración y seguimiento de los pacientes en el preoperatorio (por un grupo multidisciplinario)
b. La hospitalización
c. El postoperatorio y seguimiento en la consulta externa

Además, cuenta con educación al paciente tanto en la consulta de nutrición como en la consulta externa de cirugía. Hay tamabién charlas informativas y multidisciplinarias los terceros jueves de cada mes en reuniones coordinadas por las dos profesionales cirujanas encargadas del programa de cirugía bariátrica (Dra. Alejandra Elizondo Marín y Dra. Marlen Vega Vega).

A partir del año 2010 existe una Fundación de pacientes bariátricos del Hospital San Juan de Dios los cuales tienen la función de apoyar al equipo de cirugía bariátrica en la parte educacional y apoyo al paciente en las diferentes fases del proceso bariátrico.

Dra. Marlen Vega Vega
Cirujana General
Cirugía Laparoscópica Avanzada
Cirugía Bariátrica
Hospital CIMA San José: (506) 2208-1515
Centro Integral Médico: (506) 2221-1995 y 2255-3875


Artículo relacionados publicado en Acta Médica Costarricense
Cirugía bariátrica: Tratamiento de la Obesidad (http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?pid=S0001-60022006000400005&script=sci_arttext)

Diabetes en niños de Costa Rica

Actualmente nuestro país tiene el privilegio de contar con un servicio de Endocrinología Pediátrica en el Hospital Nacional de Niños. Éste está constituido por tres excelentes profesionales que se han formado en nuestro país y posteriormente han completado sus estudios en el extranjero. Para esta semana he invitado al Dr. Orlando Jaramillo Lines para que nos comente sobre las generalidades de la diabetes en los niños.

A manera de introducción quisiera decir lo siguiente. En Costa Rica, los niños diabéticos tipo 1 son vistos en su gran mayoría en el Hospital Nacional de Niños. En este sitio cuentan con la posibilidad de recibir educación de parte de médicos, personal de enfermería y nutricionistas. Además, cuentan con un glucómetro y cintas para realizarse glicemia cuatro veces al día. Desde el punto de vista terapéutico, la Caja Costarricense del Seguro Social tiene disponible 2 insulinas humanas: la insulina NPH y la insulina simple. La primera es una insulina de acción intermedia que usualmente se aplica en la noche y la segunda es una insulina de acción rápida que se aplica antes de las comidas. Para casos muy seleccionados en donde hay hipoglicemias frecuentes y severas o alergias con el uso de insulinas humanas existe la posibilidad de adquirir una insulina basal (glargina) e insulina de acción ultra corta (lispro). Tanto las insulinas humanas como los análogos de insulina permiten llegar a un control adecuado en términos de la hemoglobina glicosilada, sin embargo, el uso de análogos en algunos contextos específicos se asocia a menor riesgo de hipoglicemia.
Lamentablemente ahora hay también una población pequeña de niños que tienen diabetes tipo 2 (hace algunos años sólo vista en adultos) sobre todo por sobrepeso y obesidad que son factores que predisponen a esta condición. Para este grupo también existe la posibilidad de tener acceso a intervenciones interdisciplinarias. Sin embargo, la primera intervención debe ser hecha en los respectivos hogares previniendo la enfermedad con una dieta adecuada y evitando el sedentarismo.
Existen otros tipos de diabetes que son menos frecuentes que abordaremos en otra oportunidad. Sin más preámbulo les comparto lo escrito por el Dr. Jaramillo:

Diabetes infantil

Con un buen manejo no hay limitaciones

“La diabetes infantil no limita a los niños en ninguna forma, pero quienes la sufren deben de ser disciplinados con su tratamiento”

La diabetes afecta principalmente a personas adultas; sin embargo, el Hospital Nacional de Niños ha dado seguimiento a cerca de 500 niños menores de 13 años que sufren de diabetes.
Los niños sufren principalmente de diabetes tipo uno, sin embargo es posible que desarrollen la diabetes de los adultos (tipo dos) por el sobrepeso. Ambos tipos producen las mismas consecuencias.
Para evitar que el niño sufra secuelas graves debido a la enfermedad, se debe de ser disciplinado e informarle de todo lo que significa ser diabético.

¿Cómo saber si mi hijo sufre de diabetes?
Los niños que sufren de diabetes tipo uno pierden peso progresivamente, tienen ganas incontrolables de orinar, muestran fatiga inexplicable, pierden el apetito y poseen una sed excesiva producto de la expulsión de líquidos.
En el segundo tipo de diabetes se sufre de síntomas como los del tipo uno, con la diferencia de que se da un incremento en el apetito, algunas veces aparecen manchas en el área de la nuca y se desarrolla únicamente en niños que sufren de sobrepeso.
Si su hijo muestra alguna de estas señales debe de ser llevado al centro médico lo antes posible para descartar que sufra de esta enfermedad


¿Estoy influyendo a que mi hijo sea diabético?
La comida, lo que les damos y lo que no, es el punto central que se debe tratar cuando hablamos de diabetes.
Si dejamos que nuestros hijos coman cualquier alimento sin llevar una dieta sana estamos influyendo a que desarrolle enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
Otro factor que influye en la aparición de esta enfermedad es la falta de actividad física. Si el niño no realiza ningún tipo de deporte, e incrementa mucho de peso, está desarrollando conductas que podrán incentivar el inicio de la diabetes.
Es necesario destacar que un niño no debe de comer lo mismo que un adulto, su necesidad de calorías es menor a la de un adulto promedio, en especial si el núcleo familiar sufre de obesidad.

La mala alimentación.
La diabetes no se desarrolla únicamente por comer muchos postres o comida chatarra, sino que se debe a una alimentación con una mala distribución de los grupos alimenticios.
Un niño no debe de comer la misma cantidad de comida que ingiere un adulto, sino que debe de comer de acuerdo a su capacidad digestiva y los grupos alimenticios.

Diabetes tipo uno (infantil autoinmune)
La diabetes autoinmune es la que más afecta a los niños, es caracterizada por ser una enfermedad imprevisible y hasta el momento incurable.
Se presenta frecuentemente entre los 10 y 14 años, pero es posible que aparezca desde el primer año de vida o en la edad adulta.
La enfermedad se desarrolla debido a la producción de anticuerpos que eliminan poco a poco las células del páncreas encargadas de la producción de insulina.
La enfermedad no es hereditaria, se tiene cierta predisposición genética pero los factores ambientales, como los virus o la contaminación, activan el mecanismo autoinmune y empieza a destruir las células que producen la insulina.
Contrario a la diabetes de adultos, esta enfermedad provoca que el niño baje de peso y pierda apetito, por lo que es importante alimentar al niño lo mejor posible.

Diabetes tipo dos
Este tipo de diabetes afecta a niños y adolescentes que sufren de sobrepeso, y es la que normalmente afecta a los adultos.
Puede prevenirse, pero una vez que afecta al niño es imposible curarla debido a que el páncreas deja de producir insulina.
Aparece debido al sedentarismo y los malos hábitos alimenticios, no existe una edad específica para el inicio de la enfermedad, sino que depende de los hábitos de la persona.
Para prevenir la enfermedad se debe de realizar actividad física, mantener un peso y estilo de vida saludable y una buena alimentación en el núcleo familiar.
La diabetes se desarrolla debido a que el cuerpo, al tener sobrepeso, incrementa la resistencia a la insulina y desgasta el páncreas, hasta que finalmente deja de producir la hormona.
Tratamientos.
Ambos tipos tienen las mismas consecuencias, pero tienen tratamientos distintos y en muchos casos depende del estado del paciente.
El tratamiento para el tipo uno consta de cuatro glicemias al día, una inyección de insulina de acción rápida antes de cada comida y una de acción prolongada antes de dormir.
El esquema escalonado es utilizado cuando el paciente se encuentra estable y consta de una variación de la dosis de insulina de acuerdo a los niveles que establece la glicemia.
En el tipo dos, el tratamiento necesita de menos glicemias, dependiendo del paciente.
Si el daño al páncreas no es muy grave puede que se recupere cierta función, por lo que se le puede seguir un tratamiento a base de metformina, si el daño está en un estado avanzado tendrá que recurrir a las inyecciones de insulina.
Una intervención oportuna puede lograr que el niño evite la diabetes, una vez que el niño es diagnosticado con la enfermedad es imposible curarlo.

Mal control de la diabetes.
Las consecuencias se sufren solamente si la enfermedad no es tratada adecuadamente y se pueden notar principalmente a largo plazo y puede llegar a ser mortal si no se maneja la hipoglucemia o hiperglucemia.
A corto plazo se puede provocar la cetoacidosis que derivaría en dolores abdominales, dolores de cabeza, vómitos y en el peor de los casos dejar al paciente en estado de coma.
A largo plazo pueden llevar a insuficiencia renal, ceguera, complicaciones en el corazón, convulsiones, amputación de miembros, falta de sensibilidad al dolor, menos capacidad para sanar los tejidos, mayores riesgo de infección.

Cetoacidosis
Es la producción de cetonas, sustancias que modifican la acidez de la sangre, debido al uso de energía proveniente de la grasa y causa consecuencias a corto plazo en diabéticos descompensados.

Fuente:
Dr. Orlando Jaramillo. Pediatra Endocrinólogo
Presidente Asociación Nacional Pro estudio de la Diabetes, Endocrinología y Metabolismo (ANPEDEM).
Presidente Asociación Centroamericana y del Caribe de Endocrinología Pediátrica (ACCEP).
Director del Centro Integral Medico